Άγιον Όρος

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jueves, 25 de febrero de 2016

La sabiduría de los Padres del desierto




Un hermano preguntó al Abad Agathón: «Padre, decidme cuál de los dos es mejor: ¿el trabajo corporal o el cuidado de lo interior?» Agathón respondió: «El hombre es semejante a un árbol: la labor corporal son sus hojas, el cuidado de su interior es su fruto. Está escrito: Todo árbol que no produce buen fruto deberá ser cortado y arrojado al fuego. De esto se deduce claramente que todo nuestro esfuerzo debe dedicarse a los frutos, es decir, al cuidado del espíritu. Pero es necesario también la sombra y el atractivo de las hojas, es decir, el trabajo corporal». 

miércoles, 24 de febrero de 2016

San Marcos el Asceta: Consejos



Si te sucedido que, habiendo enseñado en el Señor, te desobedecieren, aflígete espiritualmente, pero no te turbes exteriormente. De afligirte, no serás condenado como quien desobedece, pero si te turbas serás tentado en la misma materia.
No subrayes las culpas de quien es un subalterno tuyo. Esto es tarea más bien de autoridad que de consejo.
A aquellos de los cuales no has tenido una manifestación de obediencia, no los enfrentes cuando se oponen a la verdad, para no suscitar odio, como dicen las Escrituras.

San Marcos el Asceta

San Antonio el Grande: Consejos



No debemos declarar que es imposible para el hombre conducir una vida virtuosa. Debemos más bien decir que ésta no es fácil ni está al alcance de la mano de cualquiera. Toman parte de una vida virtuosa todos aquellos que, de entre los hombres, son píos y dotados de un intelecto amante de Dios: porque el intelecto ordinario y mundano es también voluble, produce pensamientos ya sea buenos como malos, es mudable por naturaleza y sus cambios tienden a la materia. Mientras, el intelecto ocupado por el amor de Dios está al resguardo de la malicia que el hombre voluntariamente se procura por su descuido. Los incultos y los rústicos consideran cosa risible los razonamientos y no quieren escuchar, pues su falta de formación sería puesta en evidencia y querrían que todos fueran como ellos. Es así que también en su forma de vivir y en sus modales, tratan de que todos sean peores que ellos pues piensan que podrán pasar por irreprochables, gracias al pulular de los mediocres...

San Antonio el Grande 

jueves, 18 de febrero de 2016

San Nilo el Asceta: Las palabras de la vida



Bendito el cristiano que, después de Dios, considera a todos los hombres como a Dios.
Bendito el cristiano que considera como cosa propia y con alegría plena, la salvación y el
progreso de todos.
Cumple perfectamente con la oración aquel que convierte en fruto para Dios, siempre,
todas las primicias de su pensamiento.
Evita toda mentira y todo juramento si deseas orar como un cristiano. De otro modo finges
en vano lo que te es extraño.

San Nilo el Asceta

miércoles, 17 de febrero de 2016

San Antonio El Grande: Sobre la muerte




La muerte, para los hombres que la comprenden, es sinónimo de inmortalidad. Pero para los rústicos, que no la comprenden, significa muerte. Pero no es esta muerte que debemos temer, sino la perdición del alma, que consiste en la ignorancia de Dios. Esto sí, es verdaderamente terrible para el alma.

San Antonio el Grande 

San Juan de Kronstadt: La oración es...



La oración es una unión de la mente y del corazón con Dios, conversación viva con Él, un estado de veneración ante la fuente vivificadora. Por eso durante la oración hay que olvidar todo lo circundante, sintiendo su propia indignidad y pobreza espiritual. Una oración sincera ilumina y da vida al alma y le hace sentir la futura felicidad. Ella da fuerza al alma y al cuerpo e ilumina la cara. Es un hilo dorado, que une la criatura con el Creador. Levanta el animo en las circunstancias difíciles, ayuda al éxito y progreso, fortifica la fe y otras virtudes, ayuda a corregir la vida, hace llorar a los pecados y enseña hacer el bien.

San Juan de Kronstadt



martes, 16 de febrero de 2016

San Gregorio Palamas: La unión con Dios




Dios es el bien en si, la misericordia misma, un abismo de bondad y, al mismo tiempo, él abraza ese abismo y excede todo nombre y todo concepto posible. No hay otro medio para obtener su misericordia que la unión. Uno se une a Dios compartiendo, en la medida de lo posible, las mismas virtudes, por ese comercio de súplica y de unión que se establece en la oración. La participación en las virtudes, por la semejanza que instaura, tiene por efecto disponer al hombre virtuoso a recibir a Dios. Pertenece al poder de la oración operar esta recepción y consagrar místicamente el crecimiento del hombre hacia lo divino y su unión con él -pues ella es el lazo de las criaturas razonables con su Creador- siempre a condición de que la oración haya transcendido, gracias a una compunción inflamada, el estadio de las pasiones y de los pensamientos. Pues un espíritu ligado a las pasiones no podría pretender la unión divina. En tanto que el espíritu ora en esta clase de disposición, no obtiene misericordia; en cambio, cuanto más éxito alcanza en alejar los pensamientos, más adquiere la compunción y, en la medida de su compunción, participa en la misericordia y en su consuelo. Que persevere humildemente en ese estado y transformará enteramente la parte apasionada del alma.


San Gregorio Palamas

Diferencias doctrinales entre el cristianismo oriental y el occidental



I. ANTECEDENTES HISTORICOS

A. DIFERENCIAS ENTRE IGLESIA ORTODOXA Y EL CATOLICISMO ROMANO.

La Cristiandad estuvo unida hasta mediados del siglo XII D.C. La Fe Cristiana confesada y explicada por los Concilios Ecuménicos (Sínodos) fue la misma sin sufrir alteración, tanto en el oriente como en el occidente, en otras palabras: la Europa Occidental fue también Ortodoxa. Todos los Obispos del Oriente y del Occidente participaron en los 7 Concilios Ecuménicos, al mismo nivel, y ninguno de ellos pretendió la totalidad de la Iglesia. Por lo tanto, todas las decisiones de los Concilios Ecuménicos fueron formados en común acuerdo, y no fue arbique hasta principios del siglo IX cuando en el occidente se empezó a introducir ciertas innovaciones concernientes a los principios dogmáticos y eclesiológicos.

1.- El Dogma de la Supremacía Papal:

La causa principal de la separación (cisma) entre Oriente y Occidente, fue una demanda infundada del Papa Nicolás I (858-867), Obispo de Roma, para tener supremacía jurídica y ser considerado por lo tanto superior a todos los demás Obispos, tanto en Oriente como en Occidente. Estas demandas monárquica, claro esta, tuvo que ser disputada en aquellos días por el Arzobispo Himcart asistido por argumentos basados en las Leyes Canónicas de la iglesia de la Ciudad de Reims, (Vlasslos Fidas: "Historia Eclesiástica", Atenas 1973, pag. 75).

Esta demanda del Obispo de Roma, que dada desde el siglo IX, no estuvo basada en la Tradición Apóstolica, confesada y evidenciada por la totalidad de la Iglesia desde sus primeros días. Para resolver problemas importantes de carácter doctrinal o disciplinario, todos los Apóstoles se reunían en Sínodo (Consejo), y juntos ayudaban, rezaban, y tomaban decisiones inspirados por el Espíritu Santo: "Entonces pareció bien a los Apóstoles y Presbíteros, con toda la Iglesia" (Hechos 15:22).

"Porque ha parecido bueno para el Espíritu Santo y para nosotros" (Hechos 15:28).

Este sistema, llamado Sinódico o Conciliar, ha permanecido intacto en la Iglesia Ortodoxa Griega hasta la actualidad, ningún Obispo se considera superior a otro. El Patriarca Ecuménico de Constantinopla, es considerado ("primus inter pares" entre iguales, por lo tanto, esta primacía de honor no le otorga derecho a decidir separadamente de otros Obispos.

Además de no poseer supremacía, el Papa tampoco posee infabilidad, la totalidad de la Iglesia y se manifiesta en los Concilios Ecuménicos que han sido reconocidos por todos (Clero y Laicos), conforme al texto sagrado: "Entonces pareció bien a los Apóstoles y Presbíteros, con toda la Iglesia" (ibid).

Por eso, de todas las diferencias que separan a la Iglesia Ortodxa Griega del Catolicismo Romano, el problema fundamental y dificíl de resolver es la posición del Obispo de Roma, la cual se fundamenta sobre los principios de supremacía e infabilidad. Desde el siglo IX, la supremacía del Papa en el Occidente, ha estado basada en un texto bíblico (Mateo 16: 15-18), el cual fue erróneamente interpretado. Además , ningún Concilio Ecuménico, propuso jamás esta interpretación posterior.

La exacta interpretación de este texto, es la siguiente: Jesucristo preguntó a los Apóstoles: Quién dice a los hombres que Yo soy el Hijo del Hombre?, Siendo el más espontáneo, Simón Pedro contesto en nombre de todos: eres el Cristo, el Hijo del Dios Vivo". Jesús agrego: "Bienaventurado eres Simón Bar - Jona: Porque esto no te lo a revelado carne no sangre sino mi Padre, que esta en el Cielo. Y también, yo te digo, que tú eres Pedro y sobre esta roca Yo edificaré mi Iglesia".

La piedra sobre la cual Él edificará su iglesia, no era Pedro como persona (quién lo hubo negado tres veces, posteriormente), sino en la confesión de la fe de Pedro. Aquella Fe en la que Jesús es Cristo, el Hijo del Dios Vivo, la piedra angular de la Iglesia no es Pedro como persona sino Cristo mismo. Como San Pablo dice a los Corintios: "Porque nadie puede poner otro fundamento que el que esta puesto el cual es Jesucristo" (I. Cor.3:11).

Cristo no necesita a vicario o delegado único sobre la tierra, porque como Él prometió: "Yo estoy con ustedes siempre, aun hasta el fin del mundo" (Mat.28:20). A través del sacramento de la Santa Eucaristía Cristo esta continuamente presente en el mundo como Sumo sacerdote y ofrenda: comida y bebida de salvación. San Pablo dice a los Corintios: Y todos bebieron la misma bebida espiritual: por eso ellos bebieron de la roca espiritual que los seguía y esa roca era Cristo". (I. Cor. 10:4).

El texto sagrado en el Libro de los Hechos de los Apóstoles nos informa que la historia de la Iglesia empieza el día de Pentecostés en Jerusalén y no en Roma. Aquel día tres mil judíos se arrepintieron y fueron bautizados, por eso la primera Comunidad Cristiana fue en Jerusalén. También no debemos olvidar que San Pablo fundó la Comunidad Cristiana de Filipos y Corintios (en Grecia) antes del arribo de San Pedro a Roma.

Además la práctica de la Iglesia, jamás garantizó una supremacía jurídica pata el Obispo de Roma, ya que durante los primeros ocho siglos, él gozaba solamente de una Primacía de Honor, hasta que el Concilio Ecuménico de Chalcedón (415), mediante su 28avo. Canon, concedió la misma Primacía de Honor al Papa de Roma y al Patriarca de Constantinopla (Nueva Roma). Esta Primacía de Honor no fue dirigida para el Obispo como persona, sino por la importancia de la Iglesia que representaba y en base al número de sus miembros y sus trabajos de caridad.

Esta innovación posterior (la Supremacía Jurídica del Obispo de Roma), fue la causa de todo hecho en nombre de la Iglesia. Habiendo asumido el Papado un poder monárquico universal y con el apoyo de los Emperadores Occidentales, sobrevinieron entonces las guerras religiosas: Las cruzadas y la inquisición, con todos sus horrores. Tales eventos jamás tuvieron lugar en la Iglesia Ortodoxa griega, la cual garantiza su profunda espiritualidad. Ella sigue el consejo de san Pablo, quien escribe a Tito para darle un consejo sobre los herejes: "Un hombre que es hereje después de la primera y segunda amonestación, deséchalo; sabiendo que él es tan soberbio y pecador." (Tito 3:10-11). El no le dio consejo para matar o para quemar, tal como lo hizo al Occidental Medieval, con el fin de deformar el espíritu de la iglesia.

2.- El Dogma de la infabilidad del Papa:

El Dogma de la infabilidad del Obispo de Roma, proclamada en el año 1870, únicamente por el Concilio Vaticano I, y con una asistencia y votación de tan sólo 533 participantes que representaban solamente el 42% de todos los fieles católicos romanos de ese tiempo, (IOANNIS CARMIRIS "TA DOGMATIKA KE SIMBOLICA MNIMIA TIS ORTHODOXU CATHOLIKIS EKLISIAS" Vol.2. Pag. 68) representa una deformación completa del sistema Sinódico o Conciliar, conforme al cual la infabilidad recae en la totalidad de la Iglesia.

Los 7 Concilios Ecuménicos (Sínodos), fueron aceptados por la totalidad de la Iglesia (Clero y Laicos), siguiendo el ejemplo del Apóstolado en Jerusalén; "Entonces pareció bien a los Apóstoles y a los Presbíteros, con toda la Iglesia." (Hechos 15:22).

El dogma de la Supremacía Jurídica e "infabilidad" del Papa crea presión y destruye el espíritu de unidad en la Iglesia el cual se fundamenta en la caridad y no en el poder, por lo tanto si el Papa realmente desea la unidad y de todos los cristianos, es su deber retomar a la pureza de la Tradición Apóstolica.

Deformación de la fuente y la práctica de la Iglesia:

Para la Iglesia Ortodoxa Griega, la verdad revelada esta contenida en la tradición Apóstolica, de la cual es portadora. Esta Tradición sagrada está compuesta por dos elementos: la tradición oral (las enseñanzas y prácticas Apóstolicas) y, la tradición escrita ( el Antiguo y Nuevo Testamento), según San Pablo: "Por eso, hermanos, no cedan y mantengan las tradiciones, las cuales ya han sido enseñadas, ya sea por palabra o por carta nuestra" (2.Tes. 2:15). Esta Tradición Apóstolica (escrita y oral) ha permanecido intacta hasta nuestros días, únicamente la Iglesia Ortodoxa Griega, la cual es la verdadera Iglesia Universal, ya que el Catolicismo Romano la han deformado y él Protestantismo la niega completamente. Esta Tradición Apóstolica, que vive continuamente en la Iglesia Ortodoxa desde aproximadamente dos mil años, fue defendida por los cánones de los Concilios Ecuménicos (Sínodos) y por los de varios Concilios locales, los cuales a su vez fueron adoptados y aprobados por los Concilios Ecuménicos. Todos estos cánones (reglas) de la iglesia, constituyen la forma y la práctica correcta de la doctrina en la vida de los creyentes; esta es la verdad presentada en el Evangelio, tal y como fue defendida por siempre por los Concilios Ecuménicos. Estos cánones (reglas) que establecieron la vida de todos los fieles (clero y laicos) no constituyen un trabajo humano, sino divino, tal y como lo fueron los Concilios Ecuménicos siguiendo el ejemplo del Concilio Apóstolico en Jerusalén inspirados por el Espíritu Santo: "Porque esto parece bueno para el Espíritu Santo y también para nosotros" (Hechos 15:28).

Las decisiones de los Concilios Ecuménicos (Sínodos) son consideradas como inalterables, así como lo es el Evangelio y conforme al segundo Canon del Concilio en Trullo (692), ya que ellas constituyen la plenitud de la vida de Cristo y nos guían a la Salvación. Para aquellos quienes se rebelan contra los cánones de la Iglesia, les recordamos las palabras de San Pablo, quien nos dice: "que cada cosa debe ser hecha dignidad y orden". (I. Cor. 14:40). Y es así como el Profesor Griego, J. Carmiris, analiza esta práctica:

"Como la iglesia es una Institución Divina, ella posee su propia constitución igualmente divina; y porque esta deriva directamente de Cristo, su fundador, sus Apóstoles y sus sucesores, inspirados por el Espíritu Santo, por esto la Iglesia no esta sujeta a una voluntad humana arbitraria, sino que ella posee una autoridad absoluta". (J.Carmiris, Ekklisiología).

Carta de Jeremías II, Patriarca de Constantinopla a Lutter German Sum; en "Valor y Misterio". Lutter-Verlang-Witten. Pag. 520.

"Filioque" ("Y del Hijo").

El Catolicismo Romano no solamente ha rechazado varios de los Cánones de la práctica de la Iglesia, sino también se ha atrevido a deformar el Símbolo de Fe Niceno Constantinopolitano (el Credo), el cual contiene los artículos fundamentales de la fe Cristiana. Desde los tiempos del Emperador Carlo Magno, la Iglesia Occidental distorsionó el artículo sobre el Espíritu Santo. A partir del Concilio de Aix-la-Capelle (809), los franco oficialmente insertaron la palabra

"Filioque" en el Símbolo de Fe Niceno Constantinopolitano. Esta innvación significa que el Espíritu Santo no procede solo del Padre, tal como esta escrito en el Evangelio sino también procede del Hijo. Esta inserción dentro del Símbolo de Fe Niceno Constantinopolitano es una herejía, ya que distorciona el texto bíblico: "El espíritu de verdad, quien procede del Padre". (Juan 15:26), de acuerdo con este texto bíblico, los Padres del Primer Concilio Ecuménico (Sínodo) de Nicea (325) y de los del segundo (381) establecieron el Credo el cual desde entonces ha permanecido intacto en la Iglesia Ortodoxa. Esta inserción ("Filioque") dentro del Símbolo de fe Niceno Constantinopolitano, esta tan equivicada, que el Papa Leon III, en ese tiempo (809), elaboró una protesta, teniendo por inscrito in factum, el Símbolo de Fe Niceno Constantinopolitano (sin el "Filioque") en placas plateadas y colocadas en la Iglesia de San Pedro, con estas palabras: "HAEC, LEO POSUI AMORE ETCAUTELA ORTHODOXAE FIDEI": ( Yo, leo, lo pongo aquí por el amor y la protección a la Fe Ortodoxa). Esta referencia importante esta en VITA LEONIS, LIBER PONTIFICALIS ,(Ed. Duchesne, T.II., pag. 26)- (Ref. Griega, Vas. Stefanidis, Historia Eclesiástica, Atenas 1970).

Pero esta propuesta del Papa Leo III no fue suficiente, y en poco tiempo todo el Occidente gradualmente adoptó la enseñanza equivocada del "Filioque" ( que el Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo).

Esta doctrina está equivocada, porque contradice al texto bíblico: (Juan 15:26) y porque distorciona la decisión del primer y segundo Concilio Ecuménico, los cuales fueron todas las decisiones de los Concilios Ecuménicos. También esta equivocada porque distorciona la función de la persona de la Santísima Trinidad, porque crea dos fuentes de procedencia del Espíritu Santo, es una Doctrina que enseña lo absurdo porque el Hijo recibe la misma función que el Padre, es decir la procedencia del Espíritu Santo, y de esta manera el Hijo se convierte en Padre, por lo que puede dar vida a otro Hijo, es decir dar vida a otro Espíritu Santo, lo cual es completamente absurdo, ya que nos lleva a la no -existencia de Dios.

Esta explicación de herejía fue mencionada por vez primera por San Fotios, Patriarca de Constantinopla en su carta Encíclica a los Patriarcas y Obispos de la Iglesia del Este.

Por eso el Occidente tiene dificultad para entender el ministerio de la Santísima Trinidad. San Athanasios el Grande, Patriarca de Alexandria, quien participo en el Primer Concilio Ecuménico de Nicea (cuando él fue Diácono), explicó este ministerio mediante una comparación: La Fuente - el Río y el Agua del Río.

La Fuente del Río es el Padre, de quien procede el Espíritu Santo.

El Río es el Hijo, quien envía el Espíritu Santo, después de su sacrificio voluntario en la Cruz y su Gloriosa Resurrección. Él dijo a los Apóstoles antes de su Pasión: "Es conveniente para ustedes que Yo me vaya; porque sino me voy; El Consolador (El Espíritu Santo) no vendrá a ustedes, pero si Yo me marcho, lo enviaré a ustedes. (Juan 16:7).

EL Agua del Río que nosotros bebemos, es el Espíritu Santo, él es quien distribuye la gracia y los "dones", por lo que las tres personas (entidades que tienen una real e individual existencia), de la Santísima Trinidad, son indivisibles, como lo muestra el ejemplo: La Fuente, el Río y el Agua del Río: los tres son de la misma esencia.

(La esencia divina es incomunicable a la humanidad y solamente a las "energias no creadas de la Santísima Trinidad lo que es comunicable a aquellos que son Sacrificados por hacer la voluntad de Dios en sus vidas, por creer en el camino correcto y haber participado correctamente en la celebración de los Santos Sacramentos.

La Insercción del "Filioque" ("Y del Hijo") por Carlo Magno, fue una interpretación incorrecta de San Agustín, dado que él jamas aprendió Griego y no pudo ser capaz de leer a los Padres Griegos, quienes escribieron antes que él, así como tampoco pudo leer a San Athanasios el Grande, quien escribió bastante sobre las decisiones del primer Concilio Ecuménico de Nicea, los Concilios de Nicea y Constantinopla que estableció el Credo tuvieron lugar en los años 325 y 381, y la conversión no era Cristiano y no sabía Griego, de esta manera no pudo leer la interpretación correcta de los Padres que estuvieron en el Concilio, como lo estuvo por ejemplo San Athanasios el Grande. Por tanto no podemos considerar esta intrepretación errónea de San Agustín ( AGUSTINI, EX LIBRO XV DE TRINITATE), por sobre el texto bíblico o por sobre el Concilio Ecuménico, en cual como ya hemos dicho, es inalterable.

Por eso el Occidente no debería tardar en corregir el error dogmático y hacer lo que hizo el Papa Leo III en propuesta del "Filioque", para escribir el Credo correctamente y recitarlo tal y como sé hacia anteriormente al Consejo de Aix-La-Chapelle (809).

Estas dos innovaciones, la Primacía Jurídica del Obispo de Roma y esta inserción del "Filioque" en el Símbolo de fe Niceno Constantinopolano, dieron lugar al final del cisma en el siglo XI (1054), porque la Iglesia Apóstolica no pudo admitir estas contradicciones contra el Evangelio y la Santa Tradición, la cual fue defendida por los Concilios Ecuménicos (Sínodos).

Por eso después del VIII Concilio "Ecuménico" en el año 879, en los cuales los Obispos del Este y Occidente pudieran participar al mismo nivel, conforme a la Tradición Apóstolica y le siguió un gradual alejamiento que guió a la Iglesia Occidental a otras desviaciones, como la negativa de la pureza de la doctrina y que derivó inevitablemente a otras negativas (como por ejemplo las confesiones protestantes).



II. DISTORCION DE LA CELEBRACION DE LOS SANTOS SACRAMENTOS

A) Bautismo:

1).- La palabra Bautismo deriva de la palabra Griega "Vaptizo", la cual significa inmersión, por lo que el bautismo debe ser inmersión total en el agua, tal y como lo práctica la Iglesia desde un principio. Esta inmersión simboliza el entierro de la muerte de Cristo Jesús, como dice San Pablo a los Romanos: "Porque somos sepultados con Él en el bautismo por la muerte: Así como Cristo de la muerte por la gloria del Padre, así también nosotros caminaremos en vida. Porque si hemos sido plantados juntos en la semblanza de su muerte, así también estaremos en la semblanza de su resurrección". (Romanos 6:4-5). Conforme a esta enseñanza todo el cuerpo del candidato debe estar en contacto con el agua de la pila bautismal, lo cual es un hecho visible del sacramento, en el que el Espíritu Santo se encuentra invisible.

Los antiguos bautismante, dispersos por toda Europa Occidental comprobaron este hecho, debido a que aquel bautismo Occidental comprobaron este hecho, debido a que aquel bautismo era celbrado por inmersión y no poniendo un poco de agua sobre la frente del candidato,únicamente a partir del siglo XVI que se acostumbra poner agua sobre la frente en la Iglesia Occidental, ya que originalmente esta costumbre era un uso adoptado solamente para los enfermos, cuando era necesario.

2). - En la Iglesia Ortodoxa el sacramento del bautismo no es realizado por el sacerdote, sino ante la presencia del Espíritu Santo, que es invocado por el Sacerdote mediante especiales Oraciones Venerables y el Sacerdote no dice: "Yo té Bautizo", como lo hacen en el Catolicismo Romano, sino que: "El siervo de Dios es Bautizado".

Tal y como nuestro Señor fue inmerso en las aguas del Jordán (Mateo 3:16), el bautismo Ortodoxo es celebrado mediante una triple inmersión en nombre de la Santísima Trinidad, esta triple inmersión simboliza el entierro del "Hombre Viejo" y la Resurrección del "Hombre Nuevo".

B) Crismación o Confirmación ("Crisma" en Griego):

1).- Otro sacramento importante es la Crismación (Confirmación en el Occidente), el cual nos concede el don del Espíritu Santo, desde los primeros días de la Iglesia este Sacramento era celebrado justamente después del bautismo. El escritor Eclesiástico de la Iglesia. Tertuliano (siglo II) dice: "Después del bautismo de Salvación, recibimos inmediatamente el Santo Crisma, conforme a las antiguas costumbres", no obstante en el Occidente, después del Crisma separaron al bautismo de la Confirmación y dan la Confirmación a los niños bautizados solamente hasta la edad de 7 a 10 años, de esta manera privan al niño de los demás dones del Espíritu Santo durante su infancia y por lo tanto también de la Santa Comunión. En los tiempos exactamente después de su bautismo y confirmación por eso la Iglesia Ortodoxa continua con las Antiguas Tradiciones, dando la Santa Comunión a los bebes bautizados, recordando las palabras del Señor: " Permitan que los niños vengan a mí y no se les prohiba". (Lucas 18:15-16).

2).- Esta distorsión se debe a la mente racionalista del Occidente, en la cual se requiere que el niño tenga raciocinio para recibir la Confirmación, mientras que en la Ortodoxa se cree en la Revelación y el poder de la gracia de Dios, dados como un Don. Esta forma racional de pensamiento hizo mucho daño al Occidente, porque trató de explicar los misterios de Dios mediante los racionamientos de la lógica Aristotélica, lo cual es imposible, ya que la Lógica tiene un cierto campo de actividad, y en el más allá tenemos la inmensidad del amor de Dios y su eternidad, algo que la lógica humana no puede lograr entender. Es por el don de gracia que el hombre puede vivir esta inmensidad con gratitud, sin tratar de comprender el misterio intelectualmente. Esta fue la actitud por la cual los Padres de la Iglesia aprovecharon los misterios de Dios como lo hizo San Juan Crisóstomo, por ejemplo.

C) La Santa Comunión (Eucaristía, del Griego "Eucaristo": Agradecer):

1).- Después del Cisma, el Occidente distorcionó el sacramento de la Santa Comunión, porque en lugar de dar a los fieles el Cuerpo y la sangre del Señor en forma de pan y vino, como el Señor se dio a sí mismo durante la última cena, ellos lo suprimen y aunque dicen de la Sangre, solo les dan el Cuerpo en forma en forma de una hostia (Una oblea sin levadura), y no en forma de pan de levadura, como lo fueron en los tiempos antiguos.

El texto Bíblico nos informa como la Santa Comunión fue dada en los tiempos Apóstolicos: "Y como ellos estaban comiendo, Jesús tomo el pan y bendiciéndolo lo partió y lo dio a sus discípulos y les dijo: Tomen y coman, esto es mi cuerpo, y tomando la copa y dando gracias, dándose a ellos diciendo. Beban todos de ella, porque está es mi Sangre del Nuevo Testamento, la cual es derramadas por varios, para la Remisión de los pecados" (Mateo 26:26-29). Entonces Jesús le dijo: "En verdad, en verdad les dijo, a menos que coman la carne del Hijo del hombre y beban de su sangre, no tendran vida eterna: y yo resucitaré en el último día. Porque mi carne es comida verdadera y mi sangre bebida verdadera. El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mi y yo en él. Como el Padre viviente me ha enviado y yo vivo por el Padre, asimismo quien me come, así también él vivirá por mí." (Juan 6:53-57).

También San Pablo nos dice: "Porque lo que yo he recibido del Señor lo transmití a ustedes, que el Señor Jesús, la misma noche en la cual fue traicionado, tomó el pan: Y habiendo dado gracias, lo partió y dijo, tomen y coman: Este es mi cuerpo, el cual es partido por ustedes: Hagan esto en memoria mía. Después de la misma manera tomó la copa, y a su vez cenado dijo: Esta copa es el Nuevo Testamento en mi sangre: Hagan esto tan seguido como lo beban, en memoria de mí; porque tan frecuente como coman este pan y beban de esta copa, ustedes muestran la muerte del Señor hasta que él venga... Por eso cualquiera que comiere este pan y bebiere de esta copa de el Señor, indignamente, será culpable del Cuerpo y Sangre del Señor. Por eso permitan al hombre examinare a sí mismo y permitan de aquel pan y beber de aquella copa, porque el que come y bebe indignamente, come y bebe con perjuicio de el mismo, sin discernir el cuerpo del Señor". (I Cor. XI :23-30).

2).- Por eso debemos usar el sacramento de la Santa Eucaristía (Comunión) pan de levadura, porque en la Ultima Cena, que tuvo lugar en la noche de Jueves no era aún el día de "Pan sin levadura" (Azimo) de la religión Hebrea, el uso del pan normal, fue práctica de la Antigua Iglesia y fue solo hasta el siglo y que algunos herejes influenciados por el Judaísmo, empezaron a usar pan sin levadura o "azimo", y aún del Occidente tenemos información que se usaba oan normal de levadura para el sacramento de la Santa Comunión: (Marcos 14:1) (La Ultima Cena en Jueves). "Panes usitatus". (DE SACRAMENTIS. Cap.IV, 14).

3).- El cambio ("Metavoli") del pan y el vino en el cuerpo y sangre del Señor, es realizado mediante la invocación del Sacerdote al Espíritu Santo, por quien se opera la transformación y no por el Sacerdote mismo. En la Iglesia Ortodoxa, la hogaza de pan y el vino son ofrecidos por los Fieles.

Cristo nos ofrece en el Santo Cáliz "Vida", y es El mismo el que se ofrece a través del pan que es usado para el sacramento por lo que debe tener "Vida" (con levadura) y no estar muerto (sin levadura).

4).- Este sacramento es muy importante porque es el corazón de la Iglesia que nos une al Señor como "las ramas de la vid". Esto es lo que Él dice: "Yo soy la vid, ustedes los sarmientos: el que habita en mi y yo en él, él mismo produce mucho fruto: Porque sin mí ustedes no hacen nada." (Juan 15:5) y agrega: "Si un hombre no habita en mi, será tirado lejos como una rama y se secará: y los hombres la recogerán y la tirarán en el fuego y se quemará. Si pertenece en mi y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran y les será hecho'. (Juan 15: 6-7). En otras palabras, si nosotros no participamos en este sacramento, que nos santifica, somos como ramas secas que no producen ningún fruto (fruto de santificación) y somos buenos solo para el fuego.

D) Arrepentimiento - Confesión:

1).- Este sacramento es una preparación para aprovechar el Santo Cáliz. La liturgia de San Juan Crisóstomo (escrita en el siglo IV y basada en la más antigua liturgia jamás escrita de Santiago, primer obispo de Jerusalén, siglo I, D.C.), contiene la siguiente oración, pronunciada por el Sacerdote: "El don santo de los Santos.".

No podemos entonces aprovechar el santo Cáliz si no hemos primero purificado nuestras almas mediante las lágrimas del arrepentimiento. Es por eso que el arrepentimiento es también llamado segundo bautismo o 'bautismo de lágrimas". San Pablo habla con severidad sobre esta preparación en su Epístola a los Corintios (I. Cor.XI: 27-29), basado en el siguiente texto bíblico:

"Cuando el Señor, después de su Resurreción se apareció a sus Apóstoles a través de las puertas cerradas. Y les dijo: "Reciban el Espíritu Santo; a quien los pecados les sean remitidos." (Juan 20:23). Este poder dado por el Señor a los Apóstoles, fue transmitido a los Obispos mediante el sacramento de la Ordenación que a su vez lo transmiten a los Sacerdotes.

2).- En la Iglesia Ortodoxa, no hay confesionarios, uno puede confesarse en cualquier lugar conveniente en la Iglesia o donde sea y además no hay enrejado que separa al confesor y al penitente. De este modo la confesión de uno a otro, purifica el alma o puede resistir mejor a las tentaciones, para un Cristiano Ortodoxo es una completa responsabilidad sobre esta Tierra. La Absolución que él recibe es una consecuencia de su sincero arrepentimiento y no debido a las oraciones intermediarias, a los Santos o a otro factor.

Los Santos son Honrados en la Iglesia Ortodoxa, porque ellos glorifican a Dios mediante sus martirios y su vida santa. "Dios es glorificado en la vida de los Santos": Ps.67 (68:35) Ps. (89:7) y porque como este escrito: "El Señor oye la oración de los justos". (Provervios 15:29). Sin embargo los Santos no tienen el poder del perdón de los pecados, la absolución es dada sólo a través del sincero arrepentimiento personal, lo cual es una acción libre, que obtiene su eficacia en la labor redimitoria del Señor en la Cruz.

3).- De esta forma la confesión es considerada como un trámite del alma para convertirse en más y m 0s poderosa. El sacramento del arrepentimiento expresa un cambio del pensamiento y una resolución para caminar conforme a la voluntad de Dios, este sacramento es un remedio, no un juicio.

4).- Como la Confesión es una preparación de cuerpo. Los períodos de ayuno y la formula de ayuda han sido decretadas por reglas Apostólicas, desde el comienzo y aún sigue respetándose. En los países Occidentales esta tradición, ha sido demasiado flexible. El ayuno fue un mandamiento de Dios para la primera pareja en el Paraíso. (Clemente de Roma, 1er. Siglo, "La enseñanza de los Apóstoles" VIII, 1.P.P.Migne).

E) Las Santas Ordenes:

1).- Las Ordenaciones como los sacramentos están basadas en el texto bíblico sobre la elección de los Apóstoles por el Señor (Mateo 10:1) (Lucas 10:1) (Juan 6:70) (Hechos 2:1). En los Hechos de Apóstoles, varios pasajes nombran como estos realizaron la elección de sus sucesores: (Hechos 6:6) (Hechos 13:3) (Hechos 20:28). Como también las Epístolas de San Pablo (I. Timoteo 5:22) (2. Timoteo 1:16).

El siguiente texto muestra claramente: " Y cuando hubieron ayunado y orado, colocaron sus manos en ellos y los despidieron.' (Hechos 13:3).

El texto de la primera Epístola de San Pablo a Timoteo: "La imposición de las manos" produjo un cierto don, 'No descuides el don que esta en ti, el cual te fue dado por profecía, con la imposición de las manos del presbiterio". (I. Timoteo 4:14), este don es producido por la "imposición de las manos" y da al Sacerdote el poder de celebrar los Santos Sacramentos, lo cual no es válido si el Sacerdote esta previamente ordenado.

2).- La Iglesia Ortodoxa tiene Sacerdotes casados "Presbíteros" (Los Ancianos), normalmente el Clérigo Parroquial: y los Sacerdotes solteros, entre los cuales son seleccionados los Obispos. Esta doble posibilidad en la Iglesia Ortodoxa, es una decisión de un Concilio Ecuménico (VI Concilio, XII Canon) y aquellos que se están preparando para el Episcopado no se casan, pero antes de su ordenación. Después de la Ordenación, el Matrimonio no está permitido, y cuando un Sacerdote es viudo, le esta permitido que se convierta en Obispo, porque esta liberado de las obligaciones familiares.

3).- la Iglesia Ortodoxa tiene tres grados principales de los Santos Ordenamientos, conforme al texto de los Hechos: El Diácono, los Presbíteros (Clérigo Parroquial) y el Obispo de grado de Cradenal del Catolicismo Romano es una innovación posterior y no existe en el texto Bíblico. El grado Cardenal debilita al Episcopado, debido a que los Cardenales son considerados superiores a los Obispos.

El matrimonio de los Presbíteros (Clérigo Parroquial), es mencionado en la epístola de San Pablo a Tito: "Ordena Ancianos en cada ciudad, como Yo te lo he mandado: si alguno es irreprochable; esposo de una esposa, teniendo hijos creyentes". (Toto 1:5-6).

4).- Conforme al VI Concilio Ecuménico (692). Los Obispos deben ser solteros.

F) Matrimonio:

1).- El Matrimonio no es una institución humana, sino divina. En el texto bíblico del Génesis vemos: "Y el Señor Dios dijo, no es bueno que el hombre este sólo; les haré ayuda idónea para él" (Génesis 2:18). Y más adelante leemos: "Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá su esposa y serán una sola carne." (Génesis 2:24). Por eso el matrimonio fundado por Dios tiene un doble propósito: La vida en común (la unión Sacosomática) y la procreación.

2).- El nuevo Testamento, esta divina institución convierte al sacramento en "Un gran misterio", como dice San Pablo en su epístola a los efesios, y en donde compara la unión santificada de un hombre y una mujer a la misteriosa unión de Cristo con la Iglesia ( El cuerpo de los creyentes) (Efesios 5:32). Este sacramento es una figura de la Santa Trinidad.

Desde el comienzo de la Cristiandad, el matrimonio fue una ceremonia religiosa como la muestran algunos hallazgos arqueológicos del arte primario Cristiano y los trabajadores de los padres, como lo muestra la superficie de una copa encontrada en una catacumba en Roma, en donde vemos a un Sacerdote coronado y bendiciendo a una nueva pareja. San Ignacio de Atioc, escribe a San Policarpo (siglo II): "El matrimonio debe ser celebrado conforme a la opinión del Obispo, por que esta unión debe estar basada en la voluntad de Dios y no en un deseo Físico." Y San Juan Crisóstomo dice: "No es la unión física sino la bendición de la Iglesia, lo que constituya en todos los sacramentos." Es la presencia del Espíritu Santo (presente en todos los sacramentos) el que da la bendición a la pareja y les transmite gracia.

La gracia de Dios santifica la unión física transformando en un centro de perfección moral, por lo que a nosotros no nos esta permitido disolver este centro de espiritualidad, este es el ambiente en el cual nacerán y crecerán los nuevos Cristianos. Es la célula, que tiene el poder de santificar poco a poco a la sociedad.

3).- El carácter indisoluble del matrimonio fue dado por el Señor mismo, cuando los Fariceos le preguntaron si el divorcio estaba permitido, él contestó:

"Por tanto, lo que Dios unió, no lo separe el hombre". (Mateo 19:6) Y agregó más adelante: "Cualquiera que repudia a su esposa, salvo por causa de fornicación y se casa con otra, comete adulterio." (Mateo 19:9). Por esto la Iglesia Ortodoxa permite el divorcio, en el caso mencionado por el Señor, en caso de infidelidad.

4).- En el mismo pasaje bíblico hay una cuestión sobre el celibato: "Y has eunucos que se han hecho a sí mismo eunucos, por causa del reino de los Cielos. El que sea capaz de recibir esto, déjelo que lo reciba". (Mateo 19:2). Por eso el celibato en Cristo no es para todos, sino para aquellos que son capaces y que lo reciben con libertad. Este es un don de Dios para aquellos que pueden aceptar ser separados completamente de las cosas mundanas, para dedicarse a sí mismos completamente a Dios , como dice San Pablo a los Corintios: "El que es soltero, cuida de las cosas que pertenecen al Sñor, de cómo pueden agradar al Señor: Pero el que es casado cuida de las cosas que son del mundo, de cómo pueden agradar a su esposa". (1. Cor. 7:32-33). Y más adelante agregó: " Y esto que yo hablo para su propio provecho; no es para que yo pueda tirarles un lazo, sino para lo que es honesto y decente y puedan atender al Señor sin distracción";. (1. Cor. 7:35).

5).- Este caso celibato esta basado en una ferviente Fe y en un ascetismo espiritual, el cual es capaz mediante la ayuda de la gracia, calmar los instintos y las pasiones, y hacer al alma más apta y permanecer unida a Dios así como para recibir el gradioso don del Espíritu Santo. Por eso es que el gran ascetismo de la Iglesia Ortodoxa, se convirtió, en repetidas coacciones, en el ferviente luchador y defensor de la verdad de la iglesia, contra los herejes de toda clase.

6).- Por lo que tomar un voto de celibato, sin tomar un voto de castidad, como sucede en el Occidente, no tiene significado, ya que el celibato en Cristo no puede ser más que un celibato de castidad.

Para la gente Ortodoxa hay solamente dos soluciones para este propósito: Ya sea el matrimonio bendecido por Dios o la castidad aceptada libremente, una vida sobrenatural, la cual es un don de Dios. "El que sea capaz de recibir esto, dejando que lo reciba".

7).- El celibato en Cristo no es necesario una vida monástica, ya que puede tomar lugar en la sociedad, conforme al ejemplo de los Apóstoles y a otros Santos de la Iglesia. Sin embargo, en la Iglesia Ortodoxa no hay ordenes monásticas de legos activos en el mundo material.

8).- El ascetismo es bíblico (I.Reyes 19) (Mat.4).

G) La Santa Unción de los enfermos:

La unición en aceite de oliva es mencionada como un sacramento en una de las epístolas Apóstolicas, pero este sacramento era ofrecido al enfermo por alguna enfermedad que padecía, y no a una preocupación de muerte, como lo fue más tarde en el Occidente, he aquí el texto bíblico: "Está algún enfermo entre ustedes?, déjenlo llamar a los Ancianos de la Iglesia y permítanles orar sobre él, ungirlo con aceite en el nombre del Señor". (Santiago 5:14-15). Y también en el Evangelio de San Marcos vemos a los Apóstoles en actividad: "Y ellos echaban a varios dominios y ungían con aceite a varios que estaban enfermos y los sanaban". (Marcos 6:13). Por eso la "extrema unciín" del Catolicismo Romano, no es una tradición Apóstolica.

III. OTRAS DIFERENCIAS DOGMATICAS

I) Purgatorio

1).- La concepción del purgatorio es una innovación posterior del Catolicismo Romano, no existió para nada en la tradición Apóstolica: "El ladrón fue directamente de la Cruz al Paraíso" (Lucas 23:43) y (Juan 5:29).

2).- La idea del purgatorio, toma la responsabilidad del Cristiano sobre la tierra y en verdad es que seremos juzgados conforme a los actos cometidos en completa libertad y responsabilidad (Mateo 16:27) y (Apocalipsis 22:2).

II) La inmaculada Concepción de la Santa Virgen:

La Santa Virgen, no fue concebida sin el pecado original, como lo decidieron en el Occidente en 1854 (por el Papa Pío IX). La doctrina correcta es que al momento de la anunciación, debido a su gran humildad a su total obediencia a la voluntad de Dios, la Virgen fue liberada del pecado original por el Espíritu Santo vendrá a ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra.

Por lo que también la Cosa santa que nacerá en ti, será llamada el Hijo de Dios" (Lucas 1:35) y más adelante: "Y María dijo, he aquí la cierva del Señor, hágase en mi conforme a tu palabra". (Lucas 1:38). Es por eso que en la Iglesia Ortodoxa la Santa Virgen es llamada "Peneghia". La toda Santa y "Theotokos": Madre de Dios, ella dio a luz a Cristo, al Dios Hombre, el Salvador. (III y IV Concilio Ecuménismo n el siglo V, D.C.). y siendo su Madre reza por nosotros constantemente y es nuestra Embajadora mediante sus oraciones.



IV. ALGUNAS OTRAS DIFERENCIAS:

1) El pecado original y sus consecuencias:

Para San Agustín y los Católicos Romanos, el pecado original es considerado solamente como una caída desde la perfección misma; mientras que para los primeros Cristianos y los Ortodoxos, generalmente el pecado original no es solamente una caída de la situación original de la perfección relativa, sino también una caída de la ruta hacia la perfección según Dios y la deificación.

Los Católicos Romanos generalmente claman que la naturaleza humana después de la caída permaneció substancialmente intacta y fue privada solamente de la sobrenatural gracia creada, la cual es ahora restaurada para los humanos por el sacrificio de la Cruz, cuyo número infinito de buenas obras dignas de recompensa, junto con las buenas obras dignas de mencionar de los Santos, se vuelven en propiedad de los fieles a través de de funciones Sacerdotales (especialmente el Papa), a través de las indulgencia y a través de los sacramentos.

Siguiendo la opinión de San Agustín, los Católicos Romanos dejan de considerar a Satanás como resistencia a Dios y teniendo el poder de la muerte, porque es la causa de la muerte.

La cosmología de San Agustín no permitió la existencia de voluntades que se opusieran a la voluntad divina. Por lo tanto, conforme a los Católicos Romanos no solamente la muerte sino que aún la caída del hombre en manos del Diablo es un castigo de Dios.

Los teólogos Católicos Romanos consideran a Dios como la causa de la muerte y ven a la muerte y a la corrupción como resultado de la desición de Dios considerar a la humanidad culpable y para castigarla.

Conforme al entendimiento Católico Romano. Dios se encarga de alguna manera, de los trabajos bíblicos de Satanás, para castigar a los humanos con la muerte, la corrupción y con toda aflicción humana.

Es obvio por lo tanto que de esta manera las acciones divinas y las satánicas se vuelven peligrosamente confusas.

Los Padres Ortodoxos rechazan la idea de que Dios es la causa y el creador de la muerte.

"La muerte no es de Dios". (Trineos, Refutación, C.XXIII, 1,2,4; exposición 16,17).

También:

"Dios no creo la muerte; sino que nosotros la trajimos a nosotros mismos debido a nuestra mala opinión. Sin embargo Dios no impidió la disolución (corrupción) para no preservar la enfermedad inmortal". (San Vasilio Magno, Migne P.G. 31,345).

San Agustín esta de acuerdo con Palageo en que el pecado original se origina únicamente de la voluntad humana. El clama que de alguna manera la voluntad de Adán es heredadad por sus descendientes. (De Gratia Christi et de Peccato Originali" - Libro II, Cap. 45).

En la Ortodoxa la caída es entendida como el resultado de un traslado del humano mismo de la vida dividida y como un resultado de la consecuente enfermedad de la naturaleza humana. Y como causa de todo esto es considerado el hombre mismo, que esta en colaboración con el mal.

Al contrario para los Católicos - Romanos todos los males en este mundo originan de la punitiva voluntad divina y ven al Satanás mismo como instrumento punitivo de Dios.

En el entendimiento Católico Romano la Salvación no es una Salvación principal y especialmente de la muerte y la corrupción, sino que más bien es una Salavación de la furia divina y que la abolición del castigo de la muerte y de la enfermedad signe simplemente como resultado de la Santificación de la justicia divina.

Los Católicos Romanos y los Cristianos de Occidente en su enseñanza sobre la Redención siguen en líneas generales la teoría de Aselmo de Cantebury (1033-1109) acerca de la santificación divina, que no presupone como necesario, la continua e interrumpible comunión y presencia de Jesucristo en los cuerpos iluminados. Toda vez que por el sacrificio en la Cruz del Señor la divina justicia fue satisfecha, no hay necesidad substancial nunca más para la presencia continua y realde jesucristo en la Iglesia, para la salvación de los fieles.

Los fieles adquieren los beneficios del sacrificio de la Cruz, ya sea a través de la absoluta predestinación (Calvino) o a través de las buenas obras dignas de recompensa, de la indulgencia y los sacramentos de los cuales brotan grandes cantidades de "gracias divinas" creadas, mientras jesucristo está presente solamente en intervalos en la divina Eucaristía por orden del Sacerdotes (Roma). Ellos no aceptan para nada como absolutamente substancial, la necesidad (conforme a la enseñanza Evangélica y Patrológica) de la energía continua real y vivificante de Jesucristo en los cuerpos de los fieles.

Los Padres Ortodoxos (siguiendo la Bíblia) consideran a la salvación como la Redención de la muerte y la corrupción y como un remedio de la naturaleza humana, la cual fue atacada por Satanás y por ello los Santos Padres ponen como bases de sus enseñanzas Cristológicas "lo no asumido permanece incurable" esto es, Jesucristo curó a la naturaleza humana por que él la asumió. ( Padre Loannis Romanidis, Pag. 12,13,17,18,28,29,30,90,137,141,142).

2) Conocimiento de Dios sobre las Energías Divinas no Creadas.

La enseñanza de los Católicos Romanos sobre la "gracia salvadora creada" no es debido solamente a su errónea noción sobre la Salvación pero también sobre una enseñanza hereje sobre Dios.

Los Católicos Romanos generalmente identifican la esencia divina no creada con la energía de Dios y claman que Dios es "actus purus". Por lo que es imposible que acepten la comunicación real de la energía divina no creada, porque esto significaría que también las criaturas participan de la divina esencia. Para evitar el Panteísmo, es decir, la comunión real de la esencia divina por las criaturas, ellos enseñan que la gracia divina salvificante la cual es participante por el mundo, es creada.

Sin embargo enseñan que los que son salvados tienen una relativa comunión con la esencia divina clamando que los Santos tienen una dichosa visión de la esencia divina, esta es una enseñanza que es inaceptada por los Padres Ortodoxos.

Los Católicos Romanos tienen nociones cosmológicas engañosas, que les permiten examinar la esencia divina, porque la identificacian con las energías divinas.

La presunción de la Teolología Católica Romana es la "analogía fidei' (analogía de la Fe). Todas las cosas en el mundo son principalmente pinturas en el tiempo de los originales (arquetipos) que existen en la esencia del Unico (Dios).

Los Católicos Romanos después de la identificación Escolástica de la esencia divina con la energía divina, a fín de evitar el obvio Pateísmo, usan el sofísmo de que Dios no tiene una relación directa y real con el mundo, (porque esto significaría una sustancial dependencia de la esencia divina por el mundo), sino que Dios tiene una relación indirecta con el mundo, que Dios supuestamente concibe los arquetipos (los originales) de la Creación y el Orden entre ellos que es la eterna ley divina en su ausencia y sin haber nacido, consecuentemente Dios conoce y ama al mundo en sus arquetipos (originales). Pero entonces algunas preguntas pueden dar origen:

Si en esencia y energía (toda vez que estas dos son idénticas, conforme a los Católicos). Dios conoce y ama directamente solo a los arquetipos entonces Cómo conoce él el mal o por lo menos como sabe él que hay una necesidad de enviar a su hijo a salvar a la humanidad caída?

Si Dios es "actus purus", pero puede conocer el mal o saber la necesidad de la Salvación de los humanos, entonces la noción del mal o la necesidad o de la caída o el de no ser debe también estar entre los arquetipos de la esencia divina.

Por lo tanto de acuerdo a esta teoría, la noción del mal deb ser"parte" de la esencia divina, porque si esta es independiente, entonces la teoría Escolástica sobre la Omnisciencia se derrumba, excepto si aceptamos que el mal es inexistente cuando la necesidad para una Salvación real del mal se vuelve fábula vacía.

Al contrario los Padres ortodoxos ense 4an una distinción unidimencional entre la esencia divina no creada y la energía divina no creada, toda vez que la esencia divina no es participada. (Sínodo de Constantinopla 1341 D.C. y Art. 10 de la confesión de fe de Constantinopla, 1727. D.C.).

Conforme a los Padres Ortodoxos la Esencia Divina ni es aprovechada por el cerebro humano ni es identificada con las energias atributos y aptitudes divinas. (Padre Loannis Romanidis, pag. 16,29,30,).

En otras palabras, los humanos pueden participar en las energías y es exactamente que Dios a través de sus energías no creadas (y no con suesencia) crearon al mundo de la nada, El lo gobierna y lo conoce.


V. ECLESIOLOGIA (Enseñanza sobre que es la Iglesia):


La Iglesia Católica Romana atribuye una posición al rol de la Autoridad como fuente de la vida de la Iglesia.

El criterio Ortodoxo de la Fe de la Iglesia como fue expresado por San Vicenti Lirinesis de que "Aceptamos en nuestra fe, la cual fue aceptada (creída) siempre, por todos lados y por todos (los fieles)". Fue reemplazada en la Iglesia Católica Romana por el criterio que fue introducido por San Agustín:

"Esta satisfecho solamente con la opinión de que parte del mundo, en donde el Señor quiso coronar con un glorioso Martirio al primero de sus Apóstoles" (San Agustín sontra Julián I, 13). La "Ekklisología" Católica Romana considera la primacía del Papa de Roma como la Autoridad Suprema de la unidad visible de la Iglesia. Expresando él mismo sin reservas enfrente de una Audiencia de Cardenales, el Papa Pablo VI no vaciló en decir en su discurso, en el encuentro de Mayo 24, 1976: "Si alguien no está en comunión con el sucesor de pedro, significa que él está fuera de la Iglesia".

Ya en el siglo XIX, el primer Sínodo vaticano comprobó este desarrollo doctrinal decretado como dogma e fe la primacía de la Autoridad del Papa sobre la Iglesia Universal y la infabilidad personal en lo referente a la expresión de los dogmas (doctrinas).

Para la Iglesia Católica Romana aún en los Sínodos locales, una vez han recibido la aprobación del Papa, adquieren importancia doctrinal y Autoridad igual a los Sínodos Ecuménicos. En una carta que el Papa Pablo VI envió el 29 de Junio de 1975, dijo que el segundo Sínodo Vaticano tuvo igual importancia y en algunos aspectos fue incluso más importante que el Primer Sínodo Ecuménico de Nicea (325 D.C.).

La "Ekklisología" Ortodoxa, al contrario, insiste en los valores (principios) de la comunión y la esencia espiritual.

1).- La más alta Autoridad de la Unica, Santa, Católica y Apóstolica Iglesia, reside en el Sínodo Ecuménico de toda la Iglesia.

2).- Nadie entre los Obispo de la Iglesia Ortodoxa acepto una Autoridad, un privilegio o un derecho, canónicamente otorgado; sobre un área Eclesiástica, cualquiera que fuera esta área, sin la propia voluntad y aprobación Canónica del Obispo de esa área.

3).- la Iglesia Ortodoxa es la única Iglesia de Jesucristo (Archimandrita Plácido Deseille, pags. 94,104,105,127,128).

La Doctrina Ortodoxa de la Iglesia como "del Cuerpo de Jesucristo y el Templo del espíritu Santo", es la base total y el presupuesto del entendimiento Ortodoxo sobre la Salvación.

La Iglesia está constituída solamente por los participantes de la energía vivificante (que es donadora de vida Santa Trinidad).

Por esta razón, San Nicolás Cavasilas en el siglo XIV escribió "La Iglesia se significa en los sacramentos" (" interpretación de la Divina liturgía", capitulo 38, Migne P.G. 150, 452).

La participación de la energía vivificante del Espíritu Santo no es garantizada una vez y para todos por el bautismo: (Ver San Juan Cris 2stomo 3º Homillalu. La Epístola a los Efesios, Cap. 4. Migne P.G. 60,23).

Solamente a través de la lucha por la perfección el hombre puede ser participante de la energía de Dios que nos hace incorruptos.

Por esta razón en cada divina liturgia los fieles pacifican en el amor, unos con otros, apelan a Dios que a través de los Santos Dones forme dentro de ellos a Jesucristo a través del Espíritu Santo (invocación). La Iglesia continuamente hará que "La comunión del Espíritu Santo este siempre con todos nosotros".

El total presupuesto de la participación de la energía que nos da incorruptibilidad de la Santa Trinidad, es la lucha individual y colectiva contra el, quien reina en la muerte. "Por lo tanto procuren reunirse juntos más frecuentemente en agradecimiento y glorificando a Dios. Porque cuando se reúnen más frecuentemente, entonces los poderes de Satanás son destruídos y su desastre es disuelto en concordancia de su Fe" (Ignacio, Ef. 13).

"Nadie sea engañado, si alguien no esta en el altar, él es privado del pan de Dios... Por lo tanto aquel que no viene a los encuentros comunes, ya altivo y separado el mismo" (Ignacio, Ef. 5).

La Iglesia existe y continuamente está formada en los sacramentos y a través de los sacramentos. Aquellos que viven fuera de la vida sacramental del amor, están fuera del cuerpo de Jesucristo.

"Sabemos que hemos pasado de la muerte a la vida, porque amamos a nuestros hermanos el que no ama a su hermano permanece a su muerte" (1- San Juan 3:14).

Por lo tanto, toda vez que 'la Iglesia se significa en los sacramentos". Qué posición puede tener la Doctrina Papal sobre la organización Eclesiástica? Por la canonical orden de la vida sacramental de la Iglesia, tenemos el sacramento del Sacerdocio.

Pero el Papismo presupone un sacramento más de su propiedad, esto es el sacramento de la Organización Universal (con el Papa como cabeza, un sacramento cuya autoridad se extiende más allá del "Cuerpo" de Jesucristo (cuyo "Cuerpo" continuamente esta indicado y formado en uno)). (Primer Presbítero Joannis Romanidis, Pag. 157-158).



VI. RACIONALISMO - ANTROPOCENTRISMO.


La teología Católica - Romana bajo la influencia del pensamiento Teológico Escolástico, trató de entender a Dios a través de la Lógica humana (Raciocinio) conforme a las leyes Aristotélicas.

Naturalmente este esfuerzo estuvo predestinado al fracaso desde un principio, debido a la limitante capacidad de la facultad intelectual de los humanos y el objeto infinito de su estudio (=la divinidad). Sin embargo este esfuerzo, en su largo camino, tuvo dos serias consecuencias:

1).- El hachazo en sumo grado al pensamiento Teológico del Occidente, del milagro, de lo místico y de lo sobrenatural y tambien la secularización de su teología, y,

2).- La elevación del factor al supremo grado y como criterio de todas las cosas; este fue manifiestado por la legislatura doctrinal del 'hombre' como la suprema autoridad de la Iglesia Católica Romana. (Este "hombre" esta en todo momento como Papa que se encuentra encumbrado en dicho momento).

Universalmente como vicario de Jesucristo, sobre la tierra y como la única autoridad doctrinal a través de la infabilidad Papal (primer Concilio Vaticano - 8 de Diciembre de 1869 - Septiembre de 1870).

De esta manera el racionalismo de la Iglesia Católica Romana la guía inevitablemente el antropocentrismo, teniendo como su centro al Papa de Roma. Contrario a esto, la Iglesia Ortodoxa ha permanecido siempre mística, teniendo a Jesucristo mismo como cabeza y siendo inspirada, enseñada, guiada y santificada por el Espíritu Santo, el espíritu de la verdad, que es Dios mismo. Por lo tanto la Iglesia Ortodoxa permaneció siempre y aún permanece theocéntrica, teniendo como su centro, como guía y como su objetivo a Dios mismo y aspirando por la santificación de sus miembros, su experiencia de Dios, su unión con Dios y su Deificación por la gracia.


VII. LA ENSEÑANZA CATOLICO ROMANA DEL "DESARROLLO DEL DOGMA"


La Iglesia Romana a fin de legalizar sus cambios, recurre a la enseñanza del desarrollo de la doctrina y a la infabilidad del Papa de Roma.


En esta perpectiva, los diferentes cambios aparecen como diversos niveles de un proceso legal de crecimiento de nuevas doctrinas aparece un pasaje de la vaguedad (obscuridad) a la claridad definida.

Eventualmente el único criterio que permite a los Católicos Romanos discernir entre un desarrollo legal y un cambio de la tradición es la comunión con el Papa de Roma y la garantía de su infabilidad en los tópicos doctrinales.

Para el tiempo que el Papa de Roma acepta las nuevas enseñanzas a su autenticidad e identificación con las enseñanzas previamente sostenidas es automáticamente verificados aún si esta similitud de identidad no puede ser descubiertas por los fieles.

La explicación de la Iglesia Católica Romana es la siguiente:

- Hay dentro de la Iglesia un progreso doctrinal a través de los siglos, que es guiado por el Espíritu Santo.

- Este progreso doctrinal permite a través de los siglos, para nuevas doctrinas, ser presentadas y aceptadas, conforme a esta suposición, estas nuevas doctrinas no son totalmente nuevas.

Los Católicos asumen que estas nuevas doctrinas existieron comprensivamente (en breve) en la vida eclesiástica y que fueron concienzudamente reorganizados solo después en algún momento. De esta manera un completo desarrollo puede tener lugar.

Sin embargo los Católicos Romanos aceptan que aún algunas partes de la enseñanza que fue totalmente desconocida en algún momento o aún más fue rechazada por algunos Padres de la Iglesia o por algunos Santos, pueden algún día convertirse en la enseñanza Oficial de la Iglesia Católica Romana, si sus Teologías llegan a la decisión alguna vez de que corresponden a la verdad (nuestra verdad).

Por ejemplo, la enseñanza de la Inmaculada Concepción fue rechazada en los siglos XII y XIII por grandes Geólogos Romanos, como Bernardo de Claervaux y Santo Tomás de Aquino. Pero más tarde otros Teólogos la aceptaron poco a poco y finalmente en el siglo XIX el Papa Pío IX la acepto como doctrina de Fe; que constituye parte de la Fe Católica Romana.

La misma cosa sostiene por la Concepción de la infabilidad del Papa. Es cierto que en la época de los Padres nadie aceptó que el Papa de Roma era infalible en su enseñanza doctrinal.

Al contrario conforme al Archimandrita Pablo de Ballester Convalis y más tarde Obispo de nuestra Iglesia Ortodoxa Griega del Norte y Sudamérica aquí en México, varios Papas de Roma fueron herejes. En su libro "Mi conversación a la Ortodoxa", en Griego - Atenas 1954 Pag. 29 -36 él menciona alguno de ellos.

Papa Marcelo (296-303) quien durante la persecución del Emperador Diocletian ofreció sacrificio a la Dios Pagana Diana y cuyo nombre no fue incluido en "El Regito Pontifico" Romano.

El Papa Julio quien fue condenado por el Sínodo de Sardica.342 (343 ?)

El Papa Liberio (352-366) cuyas creencias herejes son verificadas por Don Jerónimo, San Hilario y San Pedro quien afirma que el Papa siguió los herejes de Aruis; el Papa Felix 2do.

El Papa Honacio (625) quien fue condenado por hereje por el 6to sínodo Ecuménico.

El Papa Gelasio, quien siguió la creencia hereje en la doctrina de la Santa Eucaristía.

El Papa Sixto 5to. Quién admitió con sus propias manos un ejemplar de la Santa Bíblia llena de errores.

El Papa Urbano el 8vo quien condenó como herejía las enseñanzas del Astrónomo Galileo de que la tierra rota alrededor del sol y por tanto "desde junio 3 de 1633 todos fueron obligados a creer que la tierra no daba vueltas alrededor del sol, por temor a ser condenado a anatema como herejía".

El Papa Zacarías quien prohibió (con castigo de anatema) a la gente a creer que la tierra es esférica (ver-innovaciones del R.g. 4.c.XIV, Pag. 202 - Madrid 1891).

El Papa Pío 2do aconsejó al Rey de Francia, Carola VII que no creyera lo que los Papas dicen.

El Papa Pío 4to, quien osó anular el 7mo Canon del Sínodo Ecuménico de Efesios y cometió perjurio al momento de su coronación.

Como resultado de esta enseñanza del 'Desarrollo del Dogma", por Teólogos Católicos Romanos, encontramos que el pensamiento de los Padres de la Iglesia representan un nivel del pensamiento cristiano, el cual es antiguo pero sin ambargo es absoluto.

Los Católicos Romanos ven a la enseñanza de los Padres de la Iglesia muy interesante pero esta no expresa la totalidad de la Fe Católica de hoy en día. (Archimandrita Plácido Deseille "I PORIA MU PROS TIN ORTHODOXIA" Atenas 1986 Pag. 42,161,162).

La posición de la Iglesia Ortodoxa sobre el tópico de la doctrina es clara, y fue expresada por San Vicentii Lirinesis.

"Aceptamos y creemos que la Iglesia creyó siempre, en cualquier lugar y por todos sin ningún cambio" y estas creencias no estan en conflicto con la Santa Bíblia y con las decisiones declaradas a los previos Sínodos Ecuménicos de la Iglesia (Panayiotis Pg. 57-58) ("Catholicum Est Quod semper, Quod Ubique Et Quos Ab Omnibus Creditum Est").

San Vicencio de Lerino, Commonitorium (Primun 2 PI 50,64 Ob). Pag. 56 del Padre Pablo de Ballester Convalier.

"IN IPSA ITEM CATHOLICA ECCLESIA MAGNOPERE CURADUM EST UD ID TENEAMUS QUOS UBIQUE, QUOD SEMPER, QUOD AB OMNIBUS CREDITUM EST".

La desafortunada división de la Cristiandad se complicaría posteriormente, ya que Occidente, a partir del siglo XVI, sufriría un desmembramiento con motivo de la Reforma, apareciendo así múltiples comunidades protestantes. El Cristianismo de Occidente se vería desde entonces enormemente dividido en materia doctrinal.

Ante este terrible cuadro de Cristianos desunidos, la Iglesia Ortodoxa, adolorida por la separación de sus hermanos que reconocen a Cristo como Salvador y Redentor del género humano, reza siempre por la unión de todos en la verdadera fe, transmitida por nuestro Señor Jesucristo, los Apóstoles y los Padres de la Iglesia.

La verdadera doctrina cristiana, heredada de Cristo y sus Apóstoles, fue reservada intacta en el Oriente Cristiano Ortodoxo.

La misión natural de la Iglesia es propagar el Evangelio y ensanchar sus fronteras. Su primer privilegio es misión y conversión, siendo así como los primeros Patriarcas continuaron la obra de los Apóstoles y discípulos de Cristo, predicando la verdad cristiana primero en los Balcanes a los Servios y Dálmatas, y después a los Eslavos, Moravios, Búlgaros y Ucranianos.

Con el devenir de los siglos otras misiones fueron organizadas, alcanzándose así China, Japón y las tierras de Europa, Alaska, América y el Sur de Africa, donde muchos no conocían el mensaje de Cristo, que lo recibieron con naturalidad y amor.

Originadas por el esfuerzo misionero de los primeros Patriarcas, se establecieron Iglesias Locales a las que les fue concedida posteriormente Autocefalía o Autonomía: lo que en ningún caso afecta la unidad de la fe, doctrina y sacramentos de la Iglesia.

Los Patriarcados antiguos y estas Iglesias Locales existen hasta la actualidad, sin perder su comunión entre sí, ni alterar la unidad de la Iglesia. Con el canon 28 del cuarto Concilio Ecuménico en Calcedonia el año 451 Primacio de Honor entre los Patriarcas y Autoridad sobre las nuevas teorías tiene el Patriarca Ecuménico de Constantinopla.

Los cristianos Ortodoxos se encuentran en todos los Continentes del Mundo y ascienden aproximadamente a 450 millones. No obstante su independencia administrativa y diferencia de idiomas, todos tienen las mismas enseñanzas, la misma tradición Apóstolica, la misma liturgia y sacramentos, servicios y prácticas esenciales.

Nuestra Iglesia ha mantenido la cultura Heleno - Cristiana. Y el Griego y el Arabe fuero sus idiomas originales, este en Asia Menor y Egipto, en tanto que el primero en el resto de la cristiandad. El Griego fue el idioma en que se escribió el Nuevo Testamento, el cual se uso para la prédica de los gentiles, el que usaron los primeros Obispos, incluso en occidente en Roma, por los primeros misioneros en Francia e Inglaterra. El verdadero centro de Cristianismo fue el Oriente Griego y Sirio. Varios siglos después Roma usaría el Latín y los Rusos el Eslavo.

En los siglos XI, XII y XIII Ocidente organizó 7 expediciones militares llamadas cruzadas, cuya intensión original era rescatar los Santos lugares de manos del Islam. Este propósito contó con la decidida ayuda de los Emperadores Bizantinos, defensores de la Ortodoxia. Pero, además de sus intensiones originales, dado el fanatismo contra la Iglesia Ortodoxa, atacaron las cedes Orientales e inclusive a los primeros Patriarcados acupando sus cátedras y finalmente, no cesaron hasta volverse contra la propia Capital Bizancio y ocupar el Trono Imperial. Bizancio volvió después a sus legítimos gobernantes, pero no obstante ello, y ya debilitados físicamente, en el siglo XV grupos étnicos y religiosos extraños, subyugaron a los Pueblos de Ortodoxia, sin que estos contaran con la ayuda de Occidente.

En el siglo XIX los Ortodoxos apoyados por la capacidad protectora de su Iglesia, se liberaron de la opresión política y religiosa, con la esperanza de una vida libre. En el siglo XX el materialismo ateo atacaría un baluarte importante de la Ortodoxia, Rusia y parte de los Balcanes, pero estos valerosos pueblos supieron sobrellevar estos ataques y mantener libre la llama inextinguible de la fe, produciendo una legión de mártires contemporáneos que con valor y sin miedo dieron testimonio de la fe cristiana.

A pesar de haber estado presente en el mundo Occidental, no ha sido adecuado el conocimiento de la ortodoxia, y la más de las veces entraña prejuicios particularmente religiosos, culturales y políticos, por falta de información adecuada. Uno de los más comunes, es creer la confianza a las culturas y pueblos que ella tradicionalmente ha animado, otro es confundirla por elementos no cristianos, pero especialmente, en el presente siglo se ha visto como una Iglesia llena de vitalidad y santidad, situada en la continuidad apóstolica y expandida por el mundo entero dando testimonio del mensaje preservado en su más prístina pureza, como fue recibida de Cristo, los apóstoles y Padres. Por eso es que a ella recurren otras denominaciones Cristianas, cientificas y estudiosos, como la fuente del Cristianismo auténtico y tradicional.

La Ortodoxia, fe mayoritaria del mundo cristiano Oriental, donde la doctrina, la tradición y la liturgia del cristianismo tuvieron su origen, está consiste de los tesoros que posee y se los brinda a Occidente que los conoce o que recientemente comienza a descubrirlos.

fuente: http://comunidadrusa.org/

lunes, 15 de febrero de 2016

San Simeón el Nuevo Teólogo: Consejos espirituales



Si buscas curación, cultiva tu conciencia; haz todo lo que ella te diga y obtendrás provecho.

Aquel que busca las operaciones del Espíritu antes de haber practicado los mandamientos, recuerda al esclavo que, en el momento mismo de ser comprado, reclama el precio de la compra y sus cartas de emancipación.

San Simeón el Nuevo Teólogo

San Antonio el Grande: Consejos




Los buenos sentimientos con respecto de Dios y la vida buena, son un fruto del hombre que es grato a Dios. Pero los frutos de la tierra no maduran en una hora; es necesario que haya tiempo, lluvias y cuidados. Del mismo modo, los frutos de los hombres resplandecen con la práctica, el ejercicio, el tiempo, la constancia, la continencia y la soportación. Y si, por causa de alguna de estas cosas, alguien te considera piadoso, no te creas a ti mismo mientras habites tu cuerpo, y ninguna de tus cosas te parezca que es del gusto de Dios: debes saber que no es fácil para el hombre custodiar hasta el final su impecabilidad.

San Antonio el Grande

San Antonio el Grande: Consejos



Cuando encuentres a alguien que contienda y contradiga la verdad y la evidencia, cesa toda discusión y retírate, pues sus capacidades racionales se han endurecido como piedra. Incluso los mejores vinos, de hecho, se estropean por el agua de calidad inferior. Del mismo modo, los malos discursos corrompen al que lleva una vida y un pensamiento virtuoso.

San Antonio el Grande

domingo, 14 de febrero de 2016

San Juan Clímaco: Para los futuros monjes



 El amor de Dios excluye el amor desordenado de los padres — se engaña aquel que pretende poseer a los dos al mismo tiempo — , pues El ha dicho: "Nadie puede servir a dos señores" (Mt. 6:24). "No penséis que he venido a poner paz, sino espada" (Mt. 10:34) — dice el Señor en otra parte — porque vine a apartar a los amadores de Dios de los amadores del mundo, y a los terrenos y ambiciosos de los espirituales, y a los ambiciosos de los humildes. Porque el Señor se regocija de los conflictos y separaciones cuando ellos se producen por amor a Él. ¡Ten cuidado!, no estés secretamente atado por el amor de los tuyos, pues te arriesgas, al verlos andar naufragando en el diluvio de las miserias y trabajos de este mundo y tratar de socorrerlos, a perecer junto con ellos en ese mismo diluvio. No te dejes conmover, entonces, por las lágrimas de tus padres y de los amigos que lloran tu salida del mundo, para no tener que llorar tú mismo, por toda la eternidad.

San Juan el Clímaco

sábado, 13 de febrero de 2016

San Juan Clímaco: Para los laicos



Me preguntaron cierta vez unos negligentes que vivían en el mundo: ¿cómo podríamos nosotros, morando con nuestras mujeres y cercados por el cuidado de nuestros negocios, vivir la vida monástica? A los cuales yo respondí: Todo el bien que pudiereis hacer, hacedlo; no injuriéis a nadie, no digáis mentiras ni toméis lo ajeno, no os levantéis contra nadie ni queráis mal a nadie; frecuentad las iglesias y los sermones, usad de misericordia con los necesidades, no escandalicéis ni deis mal ejemplo a nadie, no os empeñéis en suscitar discordias sino en deshacerlas, y contentaos con el uso legítimo de vuestras mujeres, porque si esto hiciereis no estaréis lejos del reino de Dios.

  San Juan Clímaco

El Anciano Efrén de Arizona: Sobre la guerra espiritual



Nosotros valoramos la intensidad de la guerra que los demonios nos hacen en nuestra mente por los malos pensamientos, que muchas veces vienen a nosotros con tal ímpetu, maldad, furor y amenazan barrer, en lo posible, con todo. Si el hombre no resiste, y no le enfrenta con arte y método, estos lo sumergirán y lo reducirán a la esclavitud. Entonces el hombre se comportará absolutamente según el querer de los demonios. Y en esta lucha debemos empeñar todas nuestras potencialidades, a fin que con toda nuestra atención, apenas llegue la mala imaginación acompañada por los malos pensamientos, podamos echarla y rechazarla, afrontándola al instante con el arma de la oración: “Señor Jesucristo, ten piedad de mí”. Velad pues sobre vuestra mente.

Padre Efrén de Arizona

jueves, 11 de febrero de 2016

Abba Filemón - sobre la meditación secreta



¿Qué debo hacer, padre, para salvarme? Porque veo que mi intelecto vaga por aquí y por allá, y va hacia aquello que no debe.

Y aquel, tardandose un poco en contestar, le dijo: ''Esta pasión es propia de aquellos que permanecen en el mundo y no tienen aún el perfecto deseo de Dios. En efecto, no ha llegado todavía a ti el calor del deseo y del conocimiento de Él''.

Le dijo el hermano: ''Qué debo hacer, padre?''

Él le dijo: ''Ve, y por algún tiempo has una meditación secreta en tu corazón, que pueda purificar tu intelecto de estas cosas.''

Y el hermano, no conociendo cómo hacer lo que se le había dicho, dijo al Geronda: ''Padre, ¿Qué es la meditación secreta?''

Y abba Filemón le dijo: ''Ve, permanece sobrio en tu corazón, y di sobriamente en tu mente, con temor y temblor: SEÑOR JESUCRISTO, TEN PIEDAD DE MÍ. El beato Diádoco, en efecto, enseña así a los principiantes.

martes, 9 de febrero de 2016

Cinco preguntas sobre el monacato a un staretz del Monte Athos (el archimandrita Efrén de Vatopedi)



1. Geronta, ¿ cuán importante, cree Usted, es la Ortodoxia para Rusia?
La Ortodoxia es el corazón de toda la vida de los rusos, la única fuente de energía que puede satisfacer todas las necesidades, cubrir todas las penas y los requerimientos del pueblo ruso. La prueba de todo esto está en como acogen hoy en San Petersburgo al Citurón de la Santísima Virgen. Estamos muy conmovidos por todo lo que vemos en estos días. Son tantos los peregrinos! La gente hace larga fila bajo el frío, algunos hasta por 15 horas!. Debo admitir, es la primera vez que veo algo así. Esto significa que las personas guardan en su interior un gran amor a Dios. Recurren a la Iglesia como fuente de fortaleza.
La mayoría de los peregrinos son jóvenes. Las autoridades de esta ciudad nos dijeron que no estaban preparados para este flujo de personas. Se efectuan constantemente reuniones para tratar de resolver el problema de cómo hacer frente a este mar de creyentes, a pesar de que el templo está abierto las 24 horas del día y veneran al Citurón dos personas a la vez. Vemos que muchos se van consolados, llenos de alegría y para nada lamente el haber esperado tantas horas para venerar al Santo Cinturón. Nosotros, los de Vatopedi, que a menudo sacamos del Monte Athos al Santo Cinturón, vemos cómo la Virgen María conquista los corazones de las personas, como las atrae, y moviliza espiritualmente.
2. Al Monte Athos lo denominan como un república monástica, díganos: ¿para qué, en principio, es necesario el monacato?¿ para qué las personas hoy en día ingresan a un monasterio?
Ingresan a un monasterio no porque rechazan a la personalidad humana y no aman a las demás personas. Ellos rechazan el espíritu poco saludable, enfermo de este mundo, pero no rechazan a las personas.
El monaquismo es el corazón de la espiritualidad ortodoxa, ya que él tiene el objetivo del verdadero cristianismo. "La luz de los laicos son los monjes, y la luz de los monjes son los ángeles", decía Juan Clímaco. La Iglesia es imposible sin el monacato, por eso nosotros oramos, para que después del comunismo el monacato renazca en Rusia, para que la Iglesia Ortodoxa Rusa regrese a la tradición de San Serafín de Sarov, Sergio de Rádonezh, Máximo el Griego, el cual, por cierto, era de Vatopedi.
De hecho, todos los monjes que vienen a los monasterios es porque Dios los ha llamado. Dios me llamó y a mí, y no me arrepiento de que me hice monje. Lamento sólo una cosa, que no me hice monje antes. Yo tenía entonces 25 años. Pude haber venido al monasterio más antes. Eso es de lo que me arrepiento.
3. ¿El monacato contemporáneo posee algunos rasgos característicos? ¿Ingresan menos hoy a los monasterios?
El monacato es siempre el mismo, no existe un nuevo o viejo monacato. Pero ahora podemos ver, que la naturaleza humana se ha debilitado, y la persona ya no puede realizar tantas proezas físicas como en la antiguedad. Sin embargo, la obediencia, la entrega total a Dios, todo esto lo puede hacer. Y los monjes de hoy en día también puede adquirir aquellos dones que poseían sus padres.
Por cierto, el Monte Athos fue durante mucho tiempo centro del movimiento hesicasta. Y monjes hesicastas hay aun en el Monte Athos. Ellos siempre existieron, existirán y existen. No puede ser de otra manera. Para nosotros es una gran bendición que San Gregorio Palamas comenzó su vida monástica en nuestro monasterio, y en este mismo monasterio existe el más antiguo fresco con su imagen. Se dice por tradición, que la imagen de San Gregorio en este fresco es muy parecida a él mismo. Hicieron este fresco pocos años después de su muerte.
Aunque ahora, probablemente, es cada vez más difícil salvarse. Con todos los logros actuales de la civilización es muy fácil para una persona caer en el egoísmo y el orgullo. Las muchas teorías filosóficas y creencias confunden y dispersan a la persona, no la dejan en paz, y no le permiten dedicarse por completo a Cristo, verdadero Dios, y a Su Revelación. Pero, subrayo, más difícil, no significa que sea imposible.
4. ¿Usted ha estado en monasterios rusos? ¿En qué se diferencian de los griegos?
He estado en muchos monasterios rusos. Este, creo yo, es mi décimo viaje a Rusia. En el monacato ruso yo veo mucho entusiasmo, porque su Iglesia al fin es libre, y estoy hablando tanto de monasterios masculinos como y femeninos. El monacato poco a poco se va poniendo en pie, porque todos los muchos nuevos mártires, que se sacrificaron por la Iglesia, ruegan, para que regrese a ustedes el verdadero espíritu de la vida monástica. Yo pienso que una de las maneras que mucho ayuda al monacato ortodoxo ruso es la viva comunicación de los monjes rusos con el Monte Sagrado de Athos.
5. ¿Cómo calificaría Usted la personalidad del Patriarca, y lo que él hace?
Él tiene una gran experiencia y él ama a la Iglesia. Incluso me atrevería a decir que él está haciendo esfuerzos sobrehumanos para el bien de la Iglesia. Por lo que nosotros sabemos, él mucho se preocupa por el correcto ministerio pastoral, especialmente el de los obispos. Debido a su iniciativa, se ha puesto en práctica una novedad muy útil - la multiplicación de las diócesis. Dividiendo las diócesis grandes él aumenta el número de obispos con el fin de que se lleve a cabo un mejor y más correcto ministerio pastoral en la Iglesia. Y creo que, gracias a su enérgica actividad, la Iglesia se fortalece y se presenta más fuerte y más significativa.

fuente: bogoslov.ru

lunes, 8 de febrero de 2016

El obispo Atanasio Evtich sobre el Santísimo Sacramento de la Eucaristía



En lo que se refiere a la Divina Eucaristía, ante todo, es necesario explicar que para nosotros, los eslavos, ella es la Liturgia. En el idioma griego la palabra "liturgia" tiene varios significados: oficio, función, servicio. Es decir que para los griegos la palabra "liturgia" sígnifica no sólo el Servicio Divino (culto), sino que también una función ejecutiva o de actividad, por ejemplo, como la de un organismo de estado. Esta palabra se utiliza no en una determinada esfera, o sea, en la esfera del servicio eclesial, sino que en cualquier esfera de actividad. Así que los griegos para referirse al ministerio mistagógico de la Iglesia utilizan la frase "Santa Eucaristía", que tiene el significado de aquello a lo que nosotros llamamos Liturgia. El uso del término "Eucaristía" distingue a este ministerio divino. Por eso, a pesar de que nuestro pueblo está acostumbrado a usar la palabra "liturgia", por su significado y sentido Eucaristía y Liturgia son sinónimos.
Eucaristía viene de la palabra "agradecimiento" y refleja el primer momento importante del canón de la liturgia, es decir, de la anáfora, que comienza a partir del momento de acción de gracias a Dios. El Señor Jesucristo es la primera acción de gracias verdadera hacia el Padre, por cuanto Él, en nombre de todas las  criaturas creadas y del hombre, como corona de la creación, dió gracias a Dios Padre. Tal agradecimiento se esperaba y del primer hombre creado –Adán. Si él hubiese cumplido el mandamiento de acción de gracias, entonces él nunca hubiese pecado. "Te ofrecemos estos dones de Tus propios dones, en nombre de todos y por todos" - leemos en la oración del canón eucarístico, como muestra de gratitud por lo que hizo, y va a hacer el Señor por nosotros.
La Divina Liturgia es antes que todo un misterio. Sin embargo, este misterio no tiene el sentido de secreto, es decir, de enigmático. Es un hecho que se magnifica y salvífico. Es un hecho místico y profundo que no se limita a su visible fenomenología. Cabe señalar que esta fenomenología no es una ceremonia. Muchos ahora creen que este Divino Sacramento puede ser simplemente interpretado, como una representación teatral. Sin embargo, este es un hecho místico, que posee misteriosas e inconscientes profundidades. Así que resulta mejor decir que la Eucaristía es un santo misterio que salva, aplica y realiza en  nosotros toda la obra de nuestro Señor Jesucristo.
La Sagrada Liturgia, de acuerdo a las palabras de San Ireneo, es la “pragmática de Cristo", que tiene significado de creación, obra, así como también de resultado y hacer, es decir, la actividad es la obra de Dios y al mismo tiempo realiza la obra de Dios que Dios quiso crear para nosotros. Uniendo a la naturaleza humana en Sí, Él es ese Don que nosotros ofrecemos en la liturgia. Por eso el Señor es el Cordero y el eterno Prelado, el Sumo Sacerdote, que se ofrece a Sí mismo y que acepta a este sacrificio junto con el Padre. Este es un milagro único, el misterio de Cristo, como lo llama el apóstol Pablo. Este misterio se concentra, se manifiesta, se realiza en la Santa Eucaristía. Esto mucho mejor lo demuestra el apóstol Pablo en su epístola a la Iglesia de Corinto, en el capítulo 10 (versículo 16 y 17): " La copa de bendición que bendecimos, ¿no es la comunión de la sangre de Cristo? El pan que partimos, ¿no es la comunión del cuerpo de Cristo? Siendo uno solo el pan, nosotros, con ser muchos, somos un cuerpo; pues todos participamos de aquel mismo pan." Este es un realismo, un verdadero realismo ortodoxo, la doctrina pragmática de San Ignacio.
Para una comprensión clara y correcta del significado y la importancia de lo que es la Liturgia debemos en primer lugar poner de relieve algunos puntos importantes. El simbolismo en la Ortodoxia a través de la historia de siglos ha sido un fenómeno muy actual. Por eso la comprensión simbólica y la interpretación de la Liturgia fue muy difundida. Sin embargo, los principios simbólicos en la interpretación del Servicio Divino no siempre se mantuvieron dentro de lo permisible. Muy a menudo el simbolismo contribuía a la pérdida del verdadero sentido del Servicio Divino.
Los diferentes nombres, comentarios, interpretaciones de la Liturgia, como por ejemplo, símbolo, icono, solemnidad, son sólo ayudas al igual que hay ayudas para la expresión de otros Santos Sacramentos. En particular es de conocimiento común que la Iglesia se percibe y comprende como un cuerpo. Sin embargo, como la Iglesia no es sólo un cuerpo, sino algo más grande que cuerpo, como lo es la unidad de los creyentes en la que Cristo es el corazón y la cabeza de esta unidad y el Espíritu Santo su alma (por cuanto Él es el principio que da la vida, acción, Dador de vida), así y la liturgia no es sólo un símbolo o un icono, sino algo mucho más profundo y más elevado que el simple símbolo. Todo este simbolismo existe sólo para expresar y describir algunos elementos de la vida eclesial. De ningún modo puede definirse completamente el sentido y significado de ellos. Cada definición, palabra, signo limitan, pero por cuanto la Liturgia no está sujeta a ninguna limitación, entonces, por eso su significado y comprensión es imposible expresarlo por medio de un símbolo o definición. El texto de las oraciones eucarísticas nosotros leemos: "...todo lo llenas de forma indescriptible", es decir, que no es posible no sólo describir, sino también expresarlo, ya que no tiene límites, está fuera de alcance, infinito. Y precisamente así es como se nos representa este Santo Sacramento.
La Liturgia también no es sólo uno del número de los Sacramentos de la Iglesia. El Bautismo es uno de los más importante Sacramentos –el Sacramento de la existencia, por el cual, de acuerdo con Nicolás Cabásilas, nos hacemos de Cristo, mejor dicho, después del bautismo nosotros ya pertenecemos a Cristo. En el Sacramento de la Unción de los enfermos nosotros adquirimos aquellos dones vivificadores dados por el Espíritu Santo. Sin embargo, el alimento espiritual, del cual nos alimentamos, la Eucaristía, es una síntesis de todos los Santos Sacramentos.
El hombre a diario siente la necesidad no sólo de lo espiritual, sino también de sustento físico, ya que él no está compuesto sólo de algo inmortal. Por eso no tiene ningún sentido decir acerca de la inmortalidad del alma fuera de este contexto. Si ella es en sí misma inmortal, ¿para qué necesitamos entonces a Dios? En la Liturgia nosotros nos convertimos en partícipes del Reino Celestial. Ella refleja lo que será nuestra realidad eterna. En ella se realiza todo el plan de salvación y por eso todos los demás Sacramentos no pueden existir sin la Liturgia.
Exactamente la misma relación se tiene que tener hacia los ritos sagrados de la Iglesia. Por ejemplo, el funeral debe llevarse a cabo con la Liturgia, es decir, ella debe "acompañar" al difunto. Y no lo que sucede en la práctica actual: al principio la Liturgia y luego el funeral. Con la Liturgia nosotros debemos acompañar a los difuntos al Reino de los Cielos ya que en las oraciones nosotros  expresamos el deseo de que ellos lleguen hasta Dios. Si la Eucaristía es el reflejo del Reino de los Cielos, en donde comienza la vida eterna, entonces el rito funerario debe estar en estrecha relación con la Liturgia. De esto hay que señalar que la Eucaristía es la realidad general de unión para toda la Iglesia.
Cuando a la Liturgia se le denomina icono esto significa que ella todavía no es en su totalidad el Reino de los Cielos, como la presencia de una total realidad. Ella es similar a un icono, es decir, a un icono que eleva nuestra mente hacia el Reino de Dios. Por eso la Eucaristía como icono tiene una naturaleza mistagógica similar.
Durante el período iconoclasta hubo un fuerte abuso de este término. Para los iconoclastas el único y verdadero icono de Cristo era sólo su cuerpo (la Eucaristía). Los Santos Padres no aceptaron tal comprensión de icono. Por eso, en los decretos del VII Concilio Ecuménico tenemos una exacta formulación: "Nunca, y ni nadie, entre los Santos  Apóstoles y los Santos Padres,  llamó al Sacrificio incruento, en recuerdo del sufrimiento y del plan de salvación de Cristo en su conjunto, icono de Su cuerpo".
Cristo mismo no dijo: "...tomen, este es el icono de mi cuerpo", sino que dijo: "...tomen, esto es mi cuerpo y esta es mi sangre".  Por eso, en comparación con la representaciones iconoclastas el significado de la Liturgia como un icono en la Ortodoxia tiene el significado contrario. Ella en ningún caso pierde su iconicidad, su analogía, que nos lleva hacia la plenitud. La palabra griega "tipos" es muy similar a la de icono. Es modelo, huella. Por eso, en las plegarias Eucarísticas nosotros pedimos, que haya todavía una más plena comunión Contigo en el Reino de los Cielos. Esta es la verdadera verdad, realidad, plenitud, a la que aspiramos, como dice el apóstol Pablo: "Ahora vemos en un espejo, en enigma..."
Sin embargo, con esto no se reprende la real existencia de aquello que nosotros recibimos en el Sacramento de la Santa Eucaristía, sino que ello simplemente sólo nos eleva hacia una mayor plenitud. Y sólo en éste sentido es que nosotros podemos decir que la Liturgia es un icono.
Una situación similar ocurrió con el término "consustancial". Un significado tenía en la doctrina de Pablo de Samosata y otro en las decisiones del Concilio de Nicea, es decir, en el Credo de Nicea. Partiendo de este contexto se puede examinar y el significado de la palabra símbolo. El concepto “símbolo” en el cristianismo tiene un significado mucho más profundo que en el Antiguo Testamento y en la filosofía de Platón. La palabra en sí proviene del verbo griego que denota coexistencia de uno en otro. Tal comprensión de símbolo, de manera clara, es expresada en los escritos de Dionisio el Areopagita. Precisamente, entre los ortodoxos, es aceptable una comprensión e interpretación mística, anagógica y mistagógica del simbolismo.
La Iglesia, como cuerpo de Cristo, está presente en la Sagrada Eucaristía. El Cuerpo existe en sus miembros tal y como lo describe hermosamente San Nilo Cabasilas: "De las raíces se alimenta toda la vid". Por eso, en el sacramento de la Santa Comunión nosotros recibimos el Cuerpo de Cristo, que reúne y une a todos los que comulgan. Nosotros nos alimentamos y obtenemos la salvación de este Manantial que da vida. No somos nosotros los que transformamos Su cuerpo en el nuestro, sino que Él nos transforma en Su cuerpo. Cuando recibimos los Dones Divinos, entonces el Señor nos incluye en el Cuerpo de Cristo y no nosotros lo incluímos a Él como parte integral de nuestro cuerpo.
Hablando sobre el Sacramento de la Eucaristía, me gustaría llamar la atención sobre algunos problemas de la práctica contemporánea en los Oficios Divinos. Muchos, aún hoy, después de dos mil años de existencia del cristianismo, no tienen una clara idea sobre la comunión. Para recibir la Eucaristía es muy importante una preparación digna. Dada la importancia de la Liturgia, la persona debe prepararse de forma adecuada: con ayuno, oración y obras. Pero, un significado mucho más profundo radica en el hecho de que la Eucaristía es no sólo el recibir el Sagrado Sacramento, sino que el hecho, gracias al cual, el ser humano se incluye en la unidad del Cuerpo de Cristo.
La expresión de San Atanasio de que "la Eucaristía es la medicina de inmortalidad", significa que en la liturgia nosotros pertenecemos a la unidad del Cuerpo de Cristo y que entre nosotros la muerte no es más. Por eso él dijo: "Quien no participa en la Eucaristía y quien no permanece en la comunión de oración con el obispo, ese no pertenece a la Iglesia".
De acuerdo con los cánones de la Iglesia Ortodoxa, una persona que no comulga por dos o tres semanas debe estar sujeta a penitencia y a el castigo de la Iglesia. Por desgracia, muchos no entienden esto. El sentido de la Liturgia comenzó a adquirir el significado que está muy difundido en la Iglesia Católica Romana. Por eso, a menudo, se puede escuchar preguntas como: ¿cuántas veces hay que comulgar, cuántos días hay que ayunar, cómo hay que prepararse? Como si toda la importancia radicara en la cantidad.
Por supuesto, esto no significa que no sea necesario prepararse adecuadamente para la Liturgia. Como ya he dicho, este profundo misterio, que abre a nosotros las puertas del Reino de Dios, requiere de una concienzuda y digna preparación. Pero, ¿quién es digno?, ¿Quién puede verdaderamente decir que dignamente se atreve a recibir el Cuerpo y la Sangre del Salvador? ¿Quién y cuándo? Por eso, en las oraciones antes de la Comunión leemos: "...Hazme digno de participar sin condenación de Tus Santos Sacramentos... Que no sirva para mi juicio o condena la comunión". ¿Y cómo puede un sacerdote decir que él es digno, y que nosotros no lo somos? El sacerdote, como portador del sacramento del sacerdocio, sin lugar a dudas, tiene la Gracia de Dios y la energía dada por el Espíritu Santo para llevar a cabo las ceremonias religiosas, pero esto no lo salva del pecado, por cuanto y a él le es dado el libre albedrío, es decir, una libre inteligencia, lo que le permite decidir entre lo bueno o malo.
Gregorio el Teólogo decía que él mismo se daba en sacrificio. Él es quien realiza la ceremonia religiosa, el sacrificio que se da, su resultado, es decir, él mismo se santifica con esto. Él plenamente está incluído en este hecho y a través de él Dios Espíritu Santo actúa en el hombre. De esto resulta entendible que la separación entre laicos y sacerdotes en el sacramento de la Eucaristía no es correcta.
Más que todo a esta separación contribuyó  la aparición de altos iconostasios. Ellos simplemente echaron un velo y escondieron todo aquello que debía darse "de todos y para todos." La gente en la Iglesia sólo escuchan las exclamaciones y el final de las oraciones. Todos los que toman parte en la Liturgia deben rezar plenamente. Por eso, en las oraciones nosotros nos encontramos con: "Señor, te rezamos por nuestros pecados y nuestra ignorancia".
La Sagrada Eucaristía es la integridad, la colegialidad, la catolicidad. Es lo que ha dicho Jomiakov: "Quien sabe lo que es la Liturgia, sabe lo que la Iglesia". Es no sólo uno de los Sacramentos, sino que es un paso hacia el Reino de los Cielos, es un hecho colegial, encabezada por los obispos, que tiene siglos de historia y perdura hasta nuestros días. La aparición de parroquias, a finales del siglo III, fue acompañado por el establecimiento de relaciones más estrechas con la administración episcopal. El obispo, que estaba a la cabeza de la parroquia, y que oficiaba la Liturgia, jugaba y juega hasta hoy un papel muy importante. Si el sacerdote celebraba la liturgia sin conmemorar al obispo, a pesar del cumplimiento de todas las formas y la pronunciación de todas las oraciones, esta no era una verdadera Liturgia. La Santa Eucaristía incluye en sí escalas eclesiológicas, y por lo tanto, sólo la Iglesia tiene el derecho a realizar la Sagrada Eucaristía.
Uno de los nombres más importantes de la liturgia, que brinda la posibilidad de comprender más adecuadamente su significado como sacramento que da  vida, es el de participación. Cristo está presente por el Espíritu Santo, y el propio acto, la participación, la pragmática, es la Eucaristía. Cualquier criatura participan en ella. Ella, sobre todo, se expresa como un acto popular en el que participa todo el Pueblo de Dios. Cristo es un miembro de este pueblo, como diácono, sacerdote, obispo, fundamento, Cabeza de la Iglesia y el Jefe de nuestra salvación. Por eso, el misterio cristológico de la Iglesia se indentifica con el misterio de la Liturgia, que es la identidad de la Iglesia.
Cuando a un obispo ruso, que viajaba por primera vez al Occidente después de la caída del comunismo, le preguntaron los cristianos occidentales (protestantes y católicos): "¿Qué hace la Iglesia Ortodoxa Rusa para la resolución de los problemas sociales?" El obispo con humildad respondió: "Realizamos la Sagrada Liturgia." Sorprendidos por la respuesta, ellos no entendieron al obispo. No comprendieron por una sencilla razón: ellos no entienden la Iglesia y no saben lo que significa oficiar la Divina Liturgia. Fue la mejor respuesta, porque la Liturgia es la entrada al Reino de los Cielos, la entrada a la realidad eterna, que no necesita ningún tipo de servicio social. El Reino de los Cielos será semejante a un ágape (banquete) eterno, que consistirá no sólo en una acción de gracias a Dios, sino de un acto activo de todos, de praxis, de movimiento y de participación.
La Liturgia es un acto íntegro y de los laicos, y del clero. Ella nos eleva al Reino de los Cielos, y en ella está presente Cristo de la Encarnación, que está con nosotros hasta el fin del mundo. Sin esto nosotros seríamos sólo una abstracción. La Palabra de Dios actua a través de los Sacramentos. Por eso los Sacramentos encienden en nosotros la luz, y los representantes de la luz son el pan y el vino. San Ireneo decía: "...por eso nuestra fe está de acuerdo con la Eucaristía, porque todo en lo que nosotros creemos, confirma la Sagrada Eucaristía".
El hecho de que los coros de hoy excluyen la posibilidad de la participación activa de los laicos en la liturgia, también está mal. Se le debe devolver al pueblo aquello que es esencial y, de hecho, le pertenece a él: "Amén", "Señor, ten piedad", "A Tí, Señor", "Y con Tu Espíritu". En los textos litúrgicos antiguos tenemos instrucciones diseñadas para la ejecución del pueblo, coro y lectores. Una participación activa en la Eucaristía es lo que espera de nosotros Dios mismo.
Para concluir podemos citar las palabras devotas de San Juan Damasceno y San Teodoro Estudita: "La Sagrada Liturgia es una repetición de la economía total de la salvación humana". Esto se expresa mejor que todo al final de la Liturgia de San Basilio el Grande: "...Habiendo sido realizado y terminado, acorde a nuestra posibilidad, oh Cristo Dios nuestro, el Misterio de Tu Disposición".


fuente: bogoslov.ru