''Para todos y para cada uno es esencial empezar la práctica de la invocación del nombre del Señor Jesús, diciendo la oración de Jesús oralmente y encerrando el intelecto en las palabras de la oración... Dejamos al Señor el cuidado de transformar nuestra oración oral atenta en oración de la mente, del corazón y del alma...''
San Ignacio Brianchaninov
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